UNA BREVE HISTORIA DE
PREOCUPACIÓN BRITÁNICA



Por Graham Binns, Presidente del Comité Británico.

(Este artículo fue publicado originalmente como Apéndice C de la presentación del Comité Británico ante el Comité Selecto de la Cámara de los Comunes)

Los ingleses han estado preocupados, desde el principio de la cuestión, por las dudosas circunstancias bajo las cuales los Mármoles fueron adquiridos. En el debate de los Comunes de 1816, el Sr. Babington pensaba que el modo en que se había adquirido la colección se parecía mucho al despojo. El Sr. Hammersley hizo objeción a la "deshonestidad de la transacción" por la que fue obtenida. Propuso que Gran Bretaña debería conservar los Mármoles "sólo en custodia hasta que sean reclamados por los presentes o futuros poseedores de la ciudad de Atenas". La furia de Byron es bien conocida, y otros británicos también pusieron reparos. Más tarde, durante el mismo siglo, el estudioso Frederic Harrison, denunció las excusas por la retención como "sofismas", señalando (1890) que "Atenas es hoy una escuela de arqueología mucho más importante que Londres". Thomas Hardy, escribió un poema (1905) en el que los Mármoles se lamentan de su destino. Harold Nicolson urgió, en cartas a Ramsay MacDonald, que se llevara a cabo al menos una restitución parcial; y posteriormente, en 1941, un Miembro del Parlamento Tory, Thelma Cazalet, presentó una moción pidendo al Primer Ministro Attlee la introducción de legislación para devolver los Mármoles a Grecia. Esto provocó considerable adhesión en el Ministerio de relaciones Exteriores; pero el Sr. Attlee rechazó la propuesta.

En 1961 el caso fue presentado a Harold Macmillian, quien pensaba que era "un asunto complicado". El Ministerio de Relaciones Exteriores reexaminó su posición. El jefe de departamento responsable consultó al embajador británico en Atenas, remarcando que las esculturas tenían "una asociación muy cercana con la historia y vida nacional de Grecia y que caían dentro de una pequeña y muy restringida categoría de obras de arte que deberían permanecer en la herencia nacional [griega]". "Nos parece", continuaba, "que los Mármoles de Elgin representan un caso especial con el que deben usarse argumentos especiales y que no necesariamente constituirían un precedente si se decidiera devolverlas a Grecia". El embajador, Sir Roger Allen, estuvo de acuerdo. "El lapso que los Mármoles han pasado en Londres", escribió, "no es razón suficiente para retenerlos". "El argumento de que los Mármoles están ahora estrechamente ligados con la historia inglesa y la forma inglesa de vida me parece que resultará peligrosamente de doble filo". A pesar de todo, MacMillian no promovió más el asunto.

Nuevamente, en los 60, el escritor Cohn Maclnnes llevó a cabo una campaña, incluso sugiriendo la solución, para salvar las apariencias, de que los Mármoles fueran prestados a Grecia a perpetuidad. El observó:

"Los individuos raramente llevan a cabo gestos desinteresados, y las naciones casi nunca. Y sin embargo, tengo tal fe irracional en la decencia última de mis compatriotas que no puedo creer que sean incapaces de hacer lo correcto alguna vez..."

La posición actual
El presente Comité Británico fue formado en 1983 bajo la presidencia del fallecido Profesor Robert Browning. Hasta ese momento, la inquietud en Inglaterra había sido expresada a través de personas influyentes. A partir de 1983, en algunos casos el Comité coordinó y en otros asistió con la organización de estas expresiones. Entre los miembros del Comité puede encontrarse una gran cantidad de profesionales de carreras de estudios clásicos o arqueológicos, pero es patrocinado activamente por personas representativas de un gran rango de profesiones e intereses.

El Comité ha promovido los argumentos por la restitución a través de los medios, de exposiciones y debates. Ha sido mayormente responsable de garantizar que la verdad de los hechos del caso sea accesible hoy al público británico.


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